viernes, 19 de octubre de 2007

Saturada

Me subo al bus, ya que no conduzco coche y, aunque a menudo voy en taxi (soy así de sibarita) a veces me mezclo entre los demás mortales. No és que me encante pero lo hago cuando me viene prácticamente a las manos, de no ser así, jamás lo espero pero nunca soy oportuna y cuando uso este vulgar medio de transporte, suelo ir crgada como una mula torda.
No me pega a mí tanta mediocridad mas que se le va a hacer. Resignada subo mis bultos al autobús y un amable caballero me cede (a Dios gracias) el asiento y me doy cuenta que el favor se lo hago yo a él sentándome al lado de un viejo decrépito, qué asco! De inmediato me arrepiento dehaberme subido.
Calladita y aferrada a mis cosas, aguanto como puedo el viajecito de marras, qué tortura, Señor! mientras mi compñaero de viaje masculla cosas que no soy capaz de traducir. Lo salida que está la gente és totalmente inimaginable y me gustaría que se me tragara la tierra pero no, no me traga y el monstruo mecánico contnúa la marcha hacia casa. No voy a llegar nunca.
Por fin mi parada... Ah, pero era mi parada? No la conoce ni su padre!! Está toda la maldita calle en obras, un horror. Se abre la puerta y yo, que no sé como bajarme de ahí (la verdad, tengo poca costumbre de bajar de los autobuses) tiro las bolsas desde arriba (sí, soy así de fina) y luego bajo, no, sin poca dificultad) yo misma y no és que sea una torpe, no, és que tenía toda la parada llena de zanjas, vallas y señalizaciones por doquier, vamos, que la calle por donde paran los autobuses és mismamente un parque temático.
Estoy en la calle, abajo, cargadita hasta los dientes, no sé por donde tirar, si me muevo para cualquier sitio, podría caerme... otra vez y hacerme pupa en serio y la verdad, no me apetece.
Me alegro que por fin sea Viernes. Este día tiene que escribirse con mayúscula. Suena a descanso, libertad, a cosas buenas... y no és que me desagrade mi trabajo, los hay peores, bajar a la mina és peor, en resumidas cuentas, mi curre no está mal pero mejor está no ir, donde va a parar!! Por eso de pronto, se me ha ido la olla y le he ofrecido a Thelma llevar juntas el negocio que ella anhela. Por qué no? Ambas hacemos un buén equipo, somos sensatas (para el trabajo, se entiende, que en lo privado, nos "lucimos"), educadas y nos respetamos y todo esto és una buena base así que en un futuro no demasiado lejano me veo sentada en mi despacho trabajando codo a codo CON Thelma en vez de PARA como habíamos pensado tiempo atrás y, en todo caso, dejar mi trabajo, nuestros trabajos actuales y dedicarnos a hacer cosas por nuestra cuenta.
Qué bien!! Estoy tan ilusionada!

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